martes, 4 de junio de 2013

VACAS, TOSTAS Y MAQUINAS DEFINITIVAS













Una ruta inolvidable. No tuvimos apenas tiempo de parar a hacer fotos y se han quedado muchos paisajes en el olvido, he intentado completarlo con imágenes del Google Maps y para que no haya confusión pondré las iniciales de GM las fotos tomadas de dicha fuente.




Esta semana ha sido horrible, muchísimo trabajo han hecho que día a día fuera perdiendo fuerza y energía, eso, y que tengo un principio de bronquitis preocupante. Pero he recibido esta semana mi nuevo casco y tengo que estrenarlo y qué mejor manera que una ruta en condiciones. Así pruebo mi resistencia y el comportamiento de blanquita en una ruta exigente.



Hoy viernes he terminado tarde de trabajar y estoy agotado, pero mañana me espera un gran día. He quedado con mi viejo amigo Antonio y su chica Sole. Hemos preparado una ruta bastante maja y larga. El punto de partida es en San Agustín de Guadalix. Vamos a recorrer la sierra madrileña y las tierras segovianas.

El único problema es que hemos quedado a las 9:30 en el punto de partida y me pilla a 200 km de casa. Bueno, qué le vamos a hacer, ellos van a venir a comer en mi casa por lo que tenemos unas 8 horas de moto cada uno.

Preparo la equipación y todo lo que voy a necesitar para mañana levantarme corriendo y no perder tiempo para la salida.


La noche transcurre tranquila, todo el mundo duerme menos yo, estoy nervioso y tengo una tos preocupante que no me deja dormir. Noto que estoy empeorando de la bronquitis y apenas puedo respirar, cada vez que toso, me parto en dos. Pero nada va a arruinar mi día, únicamente tengo que tener cuidado de no coger frío. Me llevo el ventolín por si las moscas.

Son las 6:30 de la mañana y estoy harto de estar en la cama. Me levanto y lo primero que hago es mirar por la ventana, está amaneciendo aunque lo hace más nublado de lo que me gustaría. Desayuno y me abrigo todo lo que puedo. El cuerpo no me preocupa ya que llevo cuatro capas pero si me da miedo la garganta y las manos. Los guantes que tengo son de piel pero son de verano así que me agencio unos sotosguantes y por si acaso, se me ocurre la feliz idea de coger unos guantes de esquiar para ponérmelos encima de todos pero solo a modo de emergencia.

Arranco a blanquita, ella está contenta porque sabe que lo vamos a pasar bien y yo un poco preocupado por saber si aguantaré bien tantas horas de moto y por mi catarro.

Apenas hay nadie por la carretera y voy tranquilo, voy un poco pillado de tiempo pero si no tengo contratiempos llegaré puntual.



Al salir de Valladolid veo en los termómetros y unos fríos 5 grados. Si aquí hace 5 grados, por la carretera de Cantalejo tiene que hacer un par de grados nada más. Según veo pasar los kilómetros en mi marcador, voy notando un frío helador en las manos. Apenas tengo sensibilidad en los dedos y me empiezan a doler. Empiezo a barajar soluciones pero a estas horas pocas son las soluciones. Paro en el arcén de la autovía e intento poner en práctica y con confianza mi solución de emergencia. Intento poner los guantes de esquí encima de los de cuero pero no me caben. Joder, no sé qué hacer. No puedo seguir con este frío en las manos porque corro el riesgo de que se me entumezcan y no poder accionar el freno. Decido probar a quedarme con los sotoguantes y los de esquiar únicamente y guardar los de piel. Mientras me pongo los guantes levanto la mirada y observo esta bella estampa.




El sol parece que quiere aparecer entre las nubes, y yo espero que lo haga para que me ceda un poco de calor, pero fue un espejismo fugaz ya que a los 2 minutos volvió a resguardarse, con este frío, ni el sol quiere salir. Vivir estas momentos me llenan de vida, aunque esté jodido de frío, contemplo este paisaje y pierdo mi vista en el profundo horizonte, a los lados se ve una tenue neblina que apenas levanta unos palmos del suelo y las pequeñas lagunas que me voy cruzando emanan un mágico vapor que hace que parezca que estoy en un sueño

Únicamente he recorrido 40 km desde que salí de casa pero parece que la idea de los guantes funciona, no tengo frío en las manos. Ante una caída no creo que me sirvieran de mucho pero ahora mismo mi  prioridad es recuperar sensibilidad.

El camino es conocido para blanquita y para mí ya que sigo dirección a mis oficinas en Madrid. Yo estoy tranquilo y ella también. Los dos hemos alcanzado nuestra temperatura optima de funcionamiento y van pasando los kilómetros sin compasión. Cuando atravieso Somosierra, veo las cumbres envueltas en nubes, es posible que tengamos niebla o incluso lluvia.

A medida que me voy acercando a mi destino el cielo se despeja y el sol empieza a calentar tímidamente. Hace un día estupendo en Madrid, estoy deseando enfilar la carretera que lleva de San Agustín de Guadalix hacia colmenar. Es una carretera de curvas rápidas y buen asfalto.

Allí están Antonio y Sole, y la máquina definitiva como la llama Antonio. Es una BMW R1200GS. Me da un poco de respeto entorpecer mucho a Antonio porque él tiene mucha experiencia, ha viajado varias veces a los Alpes, realizado varias ediciones de “PENITENTES” y se ha recorrido media España en moto.



Tras el saludo inicial y cambiar una impresiones, decidimos que la primera parte de la ruta, desde San Agustin de Guadalix hasta culminar el Puerto de Navacerrada lo haga yo en cabeza (el burro delante para que no se espante) así ven mi ritmo y vamos entrando en calor y otro de los motivos es que hemos decidido hacer esta ruta sin GPS. Yo personalmente me oriento fatal y Anto y Sole llevan una lista con los pueblos principales por dónde pasar. Ellos no saben que en la Castilla profunda no abundan las gasolineras y las indicaciones en los cruces brillan por su ausencia, pero confían en Sole que es el GPS humano.

Montamos en nuestros caballos metálicos cual exploradores sedientos de aventura y nos ponemos en marcha. La carretera que tanto me gusta y que tan solitaria es cuando yo la cruzo en días de diario, es totalmente diferente en sábado por la mañana. Está llena de domingueros que escapan de esta agobiante urbe deseando respirar un poco de aire fresco, pero ellos no van en moto y nos entorpece tanto tráfico.

“Vamos a demostrarle a Antonio de lo que eres capaz”, le susurro a Blanquita y ella con su suave ronroneo me asiente. Empezamos a adelantar a los coches y furgonetas sin esfuerzo y en poco tiempo nos colocamos en cabeza, ahora si!!! A disfrutar.


 Empiezo a apretar el ritmo y blanquita y yo empezamos a atacar las curvas, miro por mi  espejo y veo que Anto se aleja, me conozco la carretera y yo voy solo pero él va con Sole, con maletas y con ruedas mixtas. Blanquita es muy ágil y empezamos a ganar distancia pero en cuanto viene una recta aparece los ojos bizcos de su bmw.

Sole también tiene mucha experiencia y es capaz de hacer buenas fotos en marcha por lo que decidimos no parar y ella saca las fotos (que por cierto tiene mucho mérito). Cuando culminamos Navacerrada, le doy paso a Antonio que se coloca en cabeza y ahora es él el que achucha el ritmo. Parece mentira que una moto tan grande, con maletas y paquete se pueda mover a ese ritmo. Las curvas se suceden sin parar pero blanquita y yo le vamos a la zaga, apenas nos saca unos metros en las rectas y en los tramos de curvas le huelo los vapores de su escape, es entonces cuando me doy cuenta que quizá debería poner un poco más de distancia. No quiero pecar de “valiente” y acabar teniendo un accidente. Dejo una distancia de seguridad y seguimos divirtiéndonos.





La temperatura vuelve a ser fría, y esta vez tengo frío en todo el cuerpo, creo que se debe más a los cambios de temperatura que a que la temperatura sea en sí baja. Aún así está siendo divertidísimo.






Empezamos a subir el puerto de Navafría creo, no conozco la zona y estoy un poco perdido. El paisaje es precioso, Vamos por una carretera rodeada de árboles y con un verde césped que parece un manto aterciopelado que cubre con mimo las piedras. El sol no calienta lo suficiente pero estoy muy feliz de cómo está transcurriendo la mañana. La belleza del paisaje no admite más descripciones.











Seguimos ascendiendo a un ritmo endiablado cuando pero Blanquita se está portando como una campeona y yo creo que todos estamos sorprendidos de su comportamiento y lo bien que puede seguir el ritmo.

En plena borrachera de curvas veo como se enciende la luz de freno de la bmw y disminuye su velocidad drásticamente hasta pararse yo hago lo propio y descubro el porqué.



No sé si os lo había dicho alguna vez, pero odio las vacas en la carretera. Me dan pánico. Antonio sortea el ganado hábilmente y yo voy detrás de él, esperando que las vacas nos vean como un “todo” grande y ruidoso.

Una gran vaca de grandes cuernos está en medio de la carretera y no se aparta como las demás. Nos mira desafiante y yo siento un escalofrío que me recorre la espalda, lo reconozco, estoy cagado. La Bmw de Antonio ruge en vacío pidiendo paso pero no se aparta. Vuelve a rugir más fuerte y finalmente nos deja pasar, pero más bien como haciéndonos un favor y no como una batalla perdida (menos mal que no voy el primero).

Seguimos curveando hasta que las curvas se abren y bajamos altura. A continuación empieza la segunda parte de la ruta, más de trabajo de orientación que de curvas trepidantes. Antonio me dice que sería conveniente repostar y pienso donde puede haber una estación de servicio. “No tengo ni idea de donde estamos, pero en el primer pueblo que veamos repostamos y ya está”. Yo estoy tranquilo porque todavía me queda bastante combustible y eso que he exigido a Blanquita bastante pero sólo llevamos un tercio de la ruta.


Nos dirigimos a Pedraza, he oído hablar de este pueblo pero no lo conozco y tenía ganas de pasar por el al planear la ruta. Una de las cosas que no tuve en cuenta al planear la ruta era el tipo de carretera y asfalto que nos podíamos encontrar, no me preocupaba la bmw de Anto pero no sé qué tal lo llevaría Blanquita. Nos perdemos, varias veces, pero Sole al final encuentra el camino y aunque estoy tranquilo, no me olvido del combustible, por fin encontramos la carretera que nos llevará a Pedraza.

GM

Antonio tira alegremente parece que no ha visto un escueto cartel amarillo a pie de carretera que dice “carretera cortada en 7 km” Bueno, vamos a la aventura, esto es lo que me gusta, tirar sin saber qué me depara el camino aunque voy con el seguro de la buena y experimentada compañía que llevo hoy. La carretera es bonita, estrecha y rodeada de árboles y verde césped como viene siendo habitual en mis últimas rutas ya que ha llovido bastante últimamente. La carretera empieza a romperse y tiene más zona bacheada que en buen estado, hasta que pasa a ser una carretera totalmente destrozada. La bmw sigue su camino sin aminorar la marcha (unstoppable que dice el anuncio) pero yo reduzco un poco ya que todavía no conozco del todo a blanquita y menos en un escenario tan difícil.

Esta carretera se me está haciendo muy dura, no veo a Antonio y los baches me están empezando a pasar factura, me duele la espalda y el cuello de las fuertes sacudidas y blanquita se queja a modo de pequeños chirridos (creo que provienen de los plásticos del carenado)  pero no es nada preocupante, de suspensión va perfecta y no hace tope ni una sola vez, en alguna curva me avisa que no está la carretera para alegrías pero todos los comportamientos son muy nobles. Decido ponerme de pie ya que si no, no creo que acabe bien el día. Imitando a los grandes viajeros y los pilotos off road, estiro un poco mis piernas y las flexiono un poco. Ahora tengo otra suspensión que filtra los baches a mi cabeza y son mis brazos y piernas. He visto pistas de tierra en bastante mejor estado. Es divertido pero no estoy acostumbrado a esto. Cuando finalmente , al doblar una curva veo a Antonio parado en frente del puente que tenemos que cruzar pero piedras como sandias nos cortan el paso y una endeble cinta a modo de precinto. Me entra la risa dentro del casco y literalmente me descojono.

GM

 Miro a mi fiel compañero de ruta y a él no le hace tanta gracia, pero creo que es porque está pensando algo. Al  momento le dice algo a Sole y baja de la moto como un relámpago.

Sin pensárselo dos veces y sin mediar palabra, emprende la marcha Antonio por aquí.

GM

Un camino de tierra que llevaba al puente que se ve al fondo y nos permitía sortear el otro puente cortado. El camino empezaba en tierra pero en seguida se convertía en piedra. Igual que a la derecha de la foto de arriba.

Como Antonio va a pasar por ahí sí o sí decido seguirle y probar a blanquita. Con más miedo que vergüenza, me vuelvo a poner de pie y rezo para no estrenar mi nueva moto.




Paso superado!!!!! esta moto es increíble y yo me lo estoy pasando fenomenal. Está siendo una ruta realmente completa y creo que de las mejores que he hecho en mi vida, además estoy conociendo a fondo a Balnquita y me está sorprendiendo muchísimo.

Orgullosos de nosotros mismos, posamos como caballeros victoriosos por superar una mierda de puente jajaja, Antonio ha hecho cursos off road pero yo no, y aunque no fuera algo del otro mundo, tenía su dificultad.


Allí está Pedraza, imponente e impresiona, la verdad es que es preciosa.



Al llegar a la cuesta para acceder a esta preciosa ciudad amurallada, vemos dos autocares dando marcha atrás por la cuesta, no cabemos y Antonio, ni corto ni perezoso vuelve a tirar por la calle de en medio, en este caso por el camino de tierra de la izquierda.

GM

Cómo no, le sigo, esta vez con más confianza en mí mismo. Entonces sucedió algo que me hizo reflexionar, comencé a ascender la pista de tierra y al final giraba a la derecha en una curva bastante cerrada para retomar el camino correcto.


GM

Bueno pues justo antes de tomar la carretera, en plena curva y con bastante pendiente aunque no lo parezca, se me caló la moto (yo venía de la zona donde están los coches). Antonio ya había subido y me había visto, estaba esperándome. Mis pies apenas acarician el resbaladizo suelo que se asemeja a una alfombra de canicas. Arranco e intento retomar la marcha pero los nervios y el esfuerzo hacen que se me empañen las gafas dentro de mi casco y no veo lo que tengo delante, vuelvo a calar la moto y me agobio bastante al no ver nada. Blanquita está empezando a deslizar hacia atrás y me resulta imposible sujetar 210kg de moto con la punta de los pies, cuesta arriba y sobre tierra. No me dan abasto mis extremidades. Con la mano izquierda en el embrague para que al arrancar no se me cale la moto, la mano derecha intentando frenar la moto, el pie izquierdo en el suelo apoyado completamente para tener mejor apoyo, el pie derecho intentado frenar la moto….con qué cojones me levanto la visera??? Tranquilo, piensa y ordena las ideas, suelto embrague con la moto en primera para evitar que se desplazara hacia atrás, me levanto la visera (parece fácil pero os aseguro que en mi nuevo casco no es tan fácil ya que la visera se queda enclavada en un corchete) y haciendo honor a mi curso de malabarista improvisado consigo salir del atolladero derrapando a lo macarra.



Estamos en Pedraza, son las 11 aproximadamente, llevo 4 horas encima de la moto con un gran desgaste y decidimos tomar un descanso.

Visita obligada a Pedraza.









Allí, dimos cuenta de un refrigerio y una suculenta y sabrosísima tosta a la que me invitó Antonio.



Antonio se deshace en alagos hacia su máquina definitiva (como él la llama), pero yo sólo puedo pensar en blanquita.
A ver, la bmw es la leche pero no es lo que busco. “….la potencia es lo que tiene, tú como no tienes, jajajaja” me dijo Antonio, yo me callé y reí para mis adentros sabiendo cuando se la iba a devolver



Emprendemos camino a Sepúlveda y nos volvemos a perder, empiezo a estar preocupado por la autonomía de la bmw, llevamos más de 300 km sin prepostar y hemos estrujado las máquinas. A mí me quedan dos rayitas de 5 del odómetro pero no sé si fiarme. Seguimos buscando una gasolinera.

Llegamos a Sepúlveda, precioso también y con mucha vida, no hicimos muchas fotos ya que con equivocarse de camino y demás íbamos mal de tiempo para llegar a la hora de comer a Valladolid.



Merece una visita calmada por sus calles, tengo que volver.

Seguimos camino hacia el siguiente pueblo, nos volvemos a perder y esta vez sí que no tengo ni remota idea de donde estamos. Comenzamos por otra carretera en bastante mal estado por un cañón metido entre paredes de piedra.

GM

Es una zona bastante aislada y creo que por la orografía del terreno estamos cerca del parque natural de las hoces del rio Duratón pero no por el camino que conozco, lo debemos estar rodeando.

Mi preocupación por el combustible empieza a convertirse en acojone, si nos quedamos tirados, algún labrador tendrá gasolina en sus naves (pienso) pero tras otra carretera tortuosa, Sole vuelve a encontrar Gasolinera y repostamos nuestras máquinas.

A Antonio le han entrado 18 litros aproximadamente, aún estábamos lejos de casa, y a mí me han entrado 8 litros, por lo que si la cuenta no me falla, podría haber hecho otros 150 km aproximadamente. Dios como me gusta mi moto.

-“Esto, Antonio……cuánto te ha costado repostar?

-       Unos 26 euros
-       A mí, unos 12 euros, macho la potencia hay que pagarla jajajajajaja
-       Cabrón!!!

Me tomé mi venganza.



Ya con las barrigas llenas, tomamos vuelta a casa por más carreteras de ensueño de verdes prados, ríos y agradables curvas.

Nos perdimos un par de veces más pero finalmente llegamos a casa puntuales para comer.

Una divertidísima mañana, con partes técnicas, rápidas, lentas, pueblos, tostas, máquinas definitvas y sobre todo buena compañía.





P.D. Gracias Sole por las estupendas fotos que has sacado.